jueves, 26 de noviembre de 2009

ganado criollo





En esta zona húmeda de nuestro país, caracterizada por poseer bañados, arroyos, llanuras bajas y sierras muy rocosas, habitan aproximadamente 600 Bovinos Criollos. Estos hermosos animales ostentan llamativos cuernos y multicolores variaciones de pelaje, que contrastan netamente con la homogeneidad de las razas productivas habituales. Con un poco de imaginación, podríamos suponer que estamos visitando épocas pretéritas de nuestra historia, cuando el ganado pastaba libremente por la Banda Oriental. Sin duda que estas variantes fenotípicas, inducen una variación genética que recién hoy comenzamos a conocer.

Recordemos que los bovinos se introducen en nuestro continente durante la dominación española en el siglo XVI, existiendo tradicionalmente dos vías para ello:
a) por el norte incluyendo Perú, Bolivia, Paraguay y Argentina por el Chaco;
b) por el este fundamentalmente Argentina, Uruguay y sur de Brasil.

Durante varios siglos este ganado adquirió características adaptativas de importancia económica: tolerancia a infecciones, a parásitos internos y externos, rusticidad, habilidad para soportar condiciones extremas de temperatura y humedad y para utilizar forrajes fibrosos.
A fines del siglo pasado comenzó la introducción de razas europeas (Hereford, Holando) en nuestro país, creándose un proceso de absorción (introgresión genética) que condujo lentamente a la pérdida de variación genética que, originalmente tenía nuestro ganado productivo.

El trabajo perseverante y tesonero de Don Horacio Arredondo, permitió rescatar para nuestra generación y las futuras lo que hoy es el único rodeo de Ganado Criollo Uruguayo existente. Tal como el nos lo relata en su libro "La Restauración de las Fortalezas: La Formación de sus Parques" capítulo "Los planteles criollos", vemos que no fue tarea fácil rescatar individuos puros, habiendo encontrado los primeros en las sierras de Aiguá, departamento de Maldonado; a los pocos años con intenciones de evitar la consanguinidad se encontraron nuevos individuos en Arroyo Malo, departamento de Treinta y Tres, pertenecientes a un hacendado llamado Rivero. Dicho plantel no fue sometido a ningún tipo de selección, siendo la naturaleza, quien obrara en la población, manteniendo su rusticidad que tiempo atrás fue pilar importante de su supervivencia y que actualmente no intentamos modificar en absoluto.

Desde que Don Horacio Arredondo rescatara de su extinción al Ganado Criollo, hasta fines de la década pasada, estos animales se mantuvieron aislados de otros en el Parque Nacional de San Miguel, mostrándose únicamente como marco de los fuertes para darles un indiscutible entorno colonial.

Actualmente el SE.PA.E. administrador de los predios donde se encuentra el rodeo, y las Cátedras de Genética y Mejoramiento Genético Animal de la Facultad de Veterinaria, se unen con el objetivo de investigar la genética y parámetros zootécnicos del mismo.
Se aspira a caracterizar esta población como el Ganado Criollo del Uruguay y así poder transferir su potencial genético al medio productivo.

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